En esta ocasión fuimos menos de los que esperábamos pero, con esos pocos, el ambiente de Guadaira surgió de modo natural, y las actividades previstas se desarrollaron con el mismo interés y altura que si fueran para muchos. La alegría salió natural el volver a encontrarnos, algunos, tras varios años sin venir. En la Santa Misa que celebró el capellán actual de Guadaira, D. Antonio Cózar, os recordamos a los ausentes y a los que han fallecido en estos años.
Estrenamos la nueva sala de estar, que nos gustó mucho por su luminosidad, amplitud y distintos ambientes. José María Prieto nos habló con palabras hondas y afectuosas, de sus recuerdos de D. Jesús Arellano, tanto en la vida ordinaria en Canalejas, como de las clases en la Universidad. Fueron pinceladas que describían con precisión y elocuencia las líneas maestras de la actuación de D. Jesús; su respeto a la persona; su profundidad intelectual; su amor a la libertad; su constante preocupación por los demás; y muchas otras facetas que se inspiraban en su modo de ser coherentemente cristiano.
A continuación, intervino Rafael Casado, arquitecto y profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla y antiguo residente de Guadaira, para exponer la génesis y función del Museo de la Universidad de Navarra, y presentar imágenes del mismo, comentadas y analizadas por una periodista que iba entrevistando a personal del museo, a la vez que mostraba imágenes de los cuadros, esculturas y fondos fotográficos que componen las distintas salas; el origen de las donaciones de la familia Huarte; las fotografías de gran belleza realizadas por José Ortiz de Echagüe; el auditorio de conciertos o actuaciones teatrales; y el resto de áreas del bello edificio dedicadas a docencia, investigación y a otras funciones de archivo o reposición de obras de arte.
Luego pasamos a la zona de Adscritos de Guadaira, donde tomamos el aperitivo y un almuerzo informal, preparada con buen gusto y calidad por la Administración para hacer más grato nuestro encuentro.
La tertulia resultó muy animada: María Jesús y Carlos, de Huelva, destacaron por su simpatía, así como José Luis Martín, de Écija. Otros, como Ramón Montserrat, contaron anécdotas interesantes y todos lo pasamos muy bien. Al final, Javier Luján, director actual de Guadaira, vino a saludar a la gente. Agradecimos mucho la eficacia de la ayuda alegre y amable de Álvaro Álvarez, el actual secretario de Amigos de Guadaira. Echamos de menos a Pepe D. Chaves y a Lola, su mujer, que este año no pudieron asistir por una coincidencia familiar irrenunciable; e igualmente a Enrique Anglada, que no pudo asistir por dificultades de última hora, pero nos ayudó mucho a preparar la sesión sobre el Museo de la Universidad de Navarra, enviándonos la documentación; también echamos de menos a otros antiguos colegiales, en la esperanza de encontrarnos en próximas reuniones. Con la buena voluntad de todos y la nuestra, contamos con que el curso próximo, 2016 que son los 70 años de Guadaira, lograremos reunirnos en gran número. Un abrazo.
Antonio Gutiérrez