Encuentro de AMIGOS DE GUADAIRA de las promociones 1968-1970 Sábado 28 y domingo 29 de mayo de 2011
Con este título podemos resumir el plan de los días que fijamos para reencontrarnos en Guadaira, pues realmente volvimos a coincidir en la sede que nosotros mismo inauguramos en 1968.
De entrada nos sorprendió un detalle, que enseguida valoramos por su utilidad: había para cada uno la clásica tarjeta de identificación plastificada, con nuestro nombre y apellidos. Lógicamente: después de más de 40 años sin vernos en algunos casos, en algo hemos cambiado de aspecto… así que agradecimos ese primer momento de identificación antes de darnos un abrazo.
Poco a poco la gente fue llegando. Pepe Bueno y su mujer, desde Sevilla; Javier Fernández Garrido, desde Málaga; Ubaldo Gómiz Muyor, desde Almería; Manuel Blánquez Fillol, desde Algeciras; Emilio Pizarro, tan alto como siempre pero más robusto y pelo corto, desde Cáceres; Pedro Jiménez Campos y su mujer, desde Sevilla; José Ignacio López González, desde Sevilla; Juan Jesús Reina Padilla, desde Madrid; Pepe Linares y su mujer, desde Andújar; Salvador Albarca, Chema González Herranz, Agustín García Asuero, Ramón Aparicio y Fidel Plaza, de la comisión sevillana organizadora; los hermanos Maldonado, José María y Luis, desde Córdoba; Manolo Plaza, hermano de Fidel, desde Badajoz; Manolo Nieto y su mujer, desde Mérida; Quico de Linares von Schimiterlöw, sin bigote y manteniendo su aire distinguido, desde Málaga; Arturo Montilla y su mujer, desde Jaén; Pepe Camacho desde Málaga; Quino Molina, desde Madrid; Vicente Perea, tenista afamado, desde Málaga; Manolo Linares, desde Córdoba, acompañado de un colega de la enseñanza, también antiguo de Guadaira, Pepe Hurtado; Reyes Muñoz Tomás, desde Madrid; Aurelio Luna Maldonado y su mujer, desde Murcia; Mariano Retegui Matute, desde Sevilla; Luis Babiano y su mujer, desde San Roque (Cádiz) y Rafael Otero, todavía con pelo largo, pero menos que antes, también desde Cádiz; Wilson Salazar Gallo, su hermana y su cuñado, también ecuatorianos, desde Sevilla, donde casual y felizmente supimos de Wilson, que está afincado en Sevilla desde hace muchos años; Manolo Casado Velarde, desde Pamplona y Fernando Navazo, desde Madrid. Al día siguiente se incorporaron, José Miguel Delgado Osorio y su mujer, desde Torredonjimeno (Jaén) y Quique Figueroa, desde Sevilla.
Nos fuimos después al oratorio para asistir a la Santa Misa. Antes de comenzar, Agustín leyó los nombres de nuestros amigos fallecidos, que ahora os cito, para que su recuerdo permanezca vivo, como dijo Agustín, y para que podáis rezar por ellos, los hayáis tratado más o menos: Fernando Belmonte Robert, de Córdoba; Arturo Benlloc Baviera, de Valencia; Paco Bertos García, de Granada; Antonio Bueno Bolívar, de Linares; José Manuel Carmona Luque, de Sevilla; Jorge Castromil Sánchez, de Madrid; José Ramón Danvila Meléndez Valdés, de Córdoba; Paco del Castillo León, de Jaén; Antonio Pablo González Lorenzo, de Badajoz; Adelardo González Rodríguez, que vivía en Sevilla, decano anterior a Fidel, fallecido hace una semana; Juan Antonio Mendiola Rodríguez, de Badajoz; José Manuel Pérez Rodríguez, de Sanlúcar de Barrameda; Francisco Javier Portillo Pérez, de Consuegra (Toledo); Manuel Serván Thomas, sacerdote, de la Prelatura del Opus Dei, natural de Mérida y falleció en Granada, donde vivía.
La Santa Misa celebrada nos trajo a la memoria nuestro paso por el Colegio Mayor. D. Feliciano, el capellán actual, resaltó que, junto a lo humano y lo cultural, tan importantes, está también la formación cristiana como uno de los aspectos característicos de la esencia de Guadaira, dentro del respeto a la libertad, y nos animó a mantener viva esa perspectiva en nuestra vida. A la vez, dijo que pediría, además de por los colegiales difuntos, por los allí presentes y sus familias, así como por los restantes amigos ausentes y sus familias. Fue un buen comienzo para meternos en ambiente.
Después de la Misa, dimos una vuelta por la casa. Todo se conserva como estaba, con las lógicas mejoras -aire acondicionado en las habitaciones, edredones en las camas, mesa de la habitación mejorada, armarios barnizados algo más oscuros- y, en general, buena impresión y el recuerdo de tantas historias, alguna de las cuales, como el circuito de entradas nocturnas, las conocí esa misma mañana. En fin, no dejan de ser historias del Mayor, que para vosotros tendrían especial emoción y riesgo de ser descubiertos. Vimos también la sala de estudio de los arquitectos, ahora algo cambiada con la inclusión de ordenadores y enchufes para los PC. En el pasillo contiguo a esa sala de la primera planta, nos impresionó ver un plano de distribución de la casa con la foto y el nombre de cada residente en su habitación respectiva ¡Es otra era!
Dimos una vuelta por el jardín y la planta baja y pasamos a la sala de estar, donde disfrutamos con un DVD con fotos y música de nuestra época, aunque lógicamente era sólo una muestra. Con la documentación que recibimos nos regalaron una copia de ese DVD, que además tiene música de fondo de un conjunto musical que aparece en unas de las fotos, los Pop Tops. Además, en el patio se colocaron unos paneles con más fotos que permitían detenerse y analizar con más detenimiento a los que aparecían.
Y así se nos hizo la hora de almorzar. En el patio de la entrada, con el toldo echado, habían colocado unas mesas con tapas diferentes muy bien presentadas. Un grupo de amables residentes nos ofrecían bebidas frescas y bandejas para picar. Todo estupendo, dentro de que lo mejor era charlar entre nosotros. De pie, de aquí para allá, poniéndonos al día, recordando anécdotas, aquello resultó muy grato.
Después nos fuimos a la tertulia a la sala de estar, tal como hacíamos en nuestra época. Café y dulcecitos nos ayudaron a cambiar de tercio; yo pude excusar la asistencia de algunos que al final se les torcieron los planes para venir, pese a su deseo lógico de estar en Guadaira con nosotros.
Algunos tuvieron que justificar su ausencia a última hora, por los motivos más variados: desde Toti Pedreño con una indisposición, hasta José Manuel García Bernal, que por su especialidad profesional tuvo que marchar urgentemente a revisar pepinos en la huerta almeriense, pues las autoridades alemanas cuestionaron la salubridad de las hortalizas por una supuesta bacteria asesina… Otros tuvieron planes insoslayables de tipo familiar o profesional: Federico Durán, Miguel Valle, Quino Palma, Eugenio Villanueva, Manolo Fortea, Borja Bordiú, Pepe Vega, Luis Pérez Rodríguez, Jon Juaristi, José Luis Navarro, Jesús Azcárate, Juan Zapata, Alfonso Alvarez, Santi Martínez Cabrejas, D. Simón Junquera, Chema Doblas, Tito Cervera, Salva Martín Aguirre y Carmelo González Padrón, entre otros. A todos los ausentes, por uno u otro motivo, os echamos de menos, aunque a algunos ha sido imposible localizar.
En la tertulia hubo también algunas intervenciones musicales. Javier Fernández Garrido, con una túnica cantora, cantó la canción “Sansón” con Ubaldo a la guitarra y todos cantando a coro “San-son, San-san-són”… Me parece que Miguel Valle también la cantaba muy bien. Con el ambiente caldeado, Pepe Camacho cantó algún fandango, y luego Ubaldo se arrancó igualmente por fandangos y alguna sevillana rociera, con gran sentimiento. Quino contó cosas y recordó a muchos con su proverbial memoria y simpatía, e hizo varias sugerencias valiosas sobre el capital humano de Guadaira para ayudar a tantas iniciativas para universitarios y antiguos residentes. También sugirió que este encuentro de nuestra época se amplíe para las promociones 1968 a 1974 y que tuvieran la duración de un solo día; tomamos nota y lo tendremos en cuenta para la próxima reunión.
Entre cinco y cinco y media, comenzamos a despedirnos y algunos se marcharon a sus lugares de origen. Había en el ambiente un sentimiento unánime: que había que repetir esta convocatoria el año que viene, hacia marzo o abril, abriendo el abanico de promociones a las siguientes, en las que Quino fue director. Así, junto a los que viniéramos de nuestras promociones, encontraríamos a otros muchos, generalmente conocidos por los que siguieron varios años en Guadaira. Se quedó en estudiar las fechas e informar con tiempo.
Al día siguiente acudimos a Misa a la iglesia del señor San José, en el centro de Sevilla, un grupo pequeño entre los que estaba Quique Figueroa, que no pudo venir la primera jornada del encuentro. Después, ya en Guadaira, se incorporaron también José Miguel Delgado y su mujer junto con otros que ya estaban del día anterior: Pepe Linares y su mujer, Arturo Montilla y su mujer, Pepe Bueno y su mujer, Vicente Perea, Agustín García Asuero, Manolo Casado, Ubaldo Gómiz, Fernando Navazo, Salvador Albarca y yo mismo.
Según lo previsto, tuvimos una sesión de trabajo con la presentación de “Amigos de Guadaira” (AG) por parte de Luis Fontán, actual director, y Javier Bernal, coordinador de la Agrupación “Amigos de Guadaira”. Luis habló de los fines de la agrupación: que Amigos de Guadaira sirva como punto de encuentro para los antiguos colegiales, amigos y colaboradores de Guadaira a través de encuentros por promociones; que sirva de cauce para la formación permanente; y que se desarrolle como ocasión para la ayuda, orientación y colaboración con los actuales residentes de Guadaira, universitarios actuales como nosotros antaño. En ese sentido Luis leyó los datos que figuran en el dossier entregado al llegar, donde constan las ayudas destinadas cada año al Programa de Becas al Estudio para colegiales y a las mejoras materiales del Colegio Mayor, cubiertas en parte gracias a la generosidad de antiguos colegiales y amigos.
Se abrió un coloquio muy interesante por parte de los asistentes, en el que se hicieron sugerencias para recabar nuevos fondos y así ayudar a más estudiantes; para orientar a los universitarios en la búsqueda del primer empleo; para introducirlos en la vida profesional; para la realización de prácticas en empresas; para organizar una biblioteca en Guadaira con libros cuyos autores sean antiguos colegiales; para establecer una red de contacto entre antiguos colegiales ligados a Guadaira; para potenciar la Web y los canales de comunicación entre nosotros; etc. Sobre las sugerencias planteadas, que pueden ser muy importantes en estos momentos de dificultad, se quedó en estudiar los modos de articular las distintas posibilidades en algo operativo.
Finalmente pasamos al patio, donde continuamos charlando tomando un aperitivo, después del cual nos acercamos a almorzar al restaurante de Los Monos. Allí seguimos en animada conversación y, hacia las cuatro de la tarde, marchamos a nuestro lugar de origen, en coche o en tren, con la alegría de haber estado con nuestros amigos y haber comenzado una nueva etapa en nuestra relación entre nosotros y con Guadaira.
Esperamos que hayan servido estas horas pasadas, para activar nuestra agrupación de Amigos de Guadaira y mejorar nuestra comunicación y la frecuencia de nuestros encuentros. ¡Hasta pronto!
Un abrazo
Antonio Gutiérrez y la Comisión Sevillana del Encuentro